Me enseñaste a ser YO


Me enseñaste a vivir cuando la vida era un lóbrego páramo poblado de demonios.
Me enseñaste a sacar los colmillos y asumir feroz los acontecimientos.
Me enseñaste a vibrar de  dicha ante los buenos momentos y ante la adversidad.
Me enseñaste que la senda del triunfo es aquélla que yo creía del fracaso.
Me enseñaste los rincones desconocidos de mi alma.
Me enseñaste a caminar descalzo por la nieve sintiéndome plenamente vivo.
Me enseñaste a buscarme en la oscuridad de mi mirada.
Me enseñaste a avanzar por las zarzas
Me enseñaste a ser YO

© Francisco Castro

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