Vaho de piedras
Mis pies se revisten
con el vaho de piedras
que yacieron en el fondo
de ese abismo que me pobló;
el camino se angosta,
es oscuro el sendero,
mi frágil cayado se agrieta
y apenas sujeta mis rodillas de cera.
Todo está nublado
no brilla ni un resquicio
donde debe haber luz,
te busco gritando en la madrugada
pero no me oyes
Y mi coraza de cristal
se resquebraja.
No puedo salvarte
y mi mi barca zozobra
en el inmenso océano
escuchando a lo lejos
los cantos de las sirenas
que custodian la nada.
© Francisco Castro
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