A veces octubre
Octubre es esa sombra frente a ti
alargándose discreta bajo el oro
de tardes con olor a liquen.
Octubre te acompaña al armario
cuando vuelves a casa tiritando
de un paseo interrumpido
por la insidia de un levante espontáneo.
Octubre huele al polvo del verano
quemándose en la estufa
recién encendida y que molesta
tanto como apagada.
Octubre es, al fin,
esa camisa que deseabas estrenar
desde septiembre.
Octubre resta otra hoja
en calendarios particulares
que no tienen repuesto.
Y a veces octubre
desea seguir vestido de septiembre,
como ese niño que aún somos
y quiere parar el tiempo
porque le asusta ser mayor.
© Francisco Castro
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