Décima de una tarde de octubre


Sutiles tardes de octubre
en las que vivo y respiro,
es un cielo de zafiro
el sombrero que me cubre.
Traed el viento salubre
después de meses de fuego.
haced mis noches sosiego,
que sean largas con ella
que en mis sábanas deje huella
su piel que ansioso navego.

© Francisco Castro

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